Entre el ruido y la furia by Tom Burns Marañón

Entre el ruido y la furia by Tom Burns Marañón

autor:Tom Burns Marañón
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Historia
publicado: 2018-01-30T23:00:00+00:00


CAPÍTULO 6

Abdicación y nuevo reinado

A la semana de celebrarse las elecciones europeas del 25 de mayo de 2014, don Juan Carlos abdicó la corona de España en don Felipe, príncipe de Asturias. Su retirada llevaba ya tiempo en boca de personas que se consideran bien informadas y, si bien tales anuncios eran sistemáticamente negados por la Casa Real, no faltaban ejemplos que les prestaron verisimilitud.

El año anterior, Benedicto XVI había pasado a ser Papa emérito después de renunciar al pontificado de la Iglesia católica y la reina Beatriz, que nació, como don Juan Carlos, en enero de 1938, había traspasado el trono de Holanda a su heredero Guillermo Alejandro, príncipe de Orange-Nassau, que tenía un año más que el príncipe de Asturias, don Felipe. Sin embargo, a pesar de los rumores en los mentideros locales y de los antecedentes en el exterior, hubo cierta estupefacción cuando el Rey anunció su decisión en un corto mensaje por televisión. No por anticipadas dejan de ser las cosas sorpresivas cuando ocurren.

El proceso de la sucesión estuvo perfectamente cronometrado por la Casa Real y tuvo la apariencia de total normalidad. Don Felipe asumió la jefatura del Estado con una serena naturalidad que en sí misma era una garantía de seguridad. Sin embargo, la expectación estaba, igualmente, presente. ¿Por qué, realmente, había abdicado don Juan Carlos? ¿Abriría don Felipe el camino a las transformaciones que demandaba una parte de la sociedad que estaba indignada con sus aspiraciones frustradas a cuestas? ¿Podría hacerlo de manera consensuada como en su día lo hizo su padre? Eran preguntas enlazadas.

El propósito de este capítulo y del siguiente es explorar si don Felipe, al comienzo de su reinado, se enfrentaba a retos más complejos que los que encaró su antecesor al iniciar el suyo. Y si los retos eran de mayor enjundia. En definitiva, ante los múltiples desafíos del nuevo reinado, ¿qué hizo y qué dejo de hacer, o no pudo hacer, el nuevo rey para superarlos?

A mayores retos, más dificultosa, y a la vez más necesaria, era la labor de arraigar la Corona entre los españoles. Por lo pronto, don Felipe tenía que demostrar que la Monarquía era «útil» y provechosa para «todos».

Una decisión transcendental, como la abdicación, es el resultado de un conjunto de motivos que valora quien la toma. En este caso, la razón principal fue la grieta que había aparecido de manera palpable en el edificio de la Monarquía parlamentaria que tanto debía al empeño y a la acción de don Juan Carlos. Con el paso del tiempo, la Corona perdió el lustre que había lucido y se hundió el prestigio de los políticos elegidos por el pueblo soberano.

Juan Carlos I actuó de acuerdo con esta evaluación. Él no podía ser la solución a un problema reputacional de la institución de la Monarquía. Mucho menos podía serlo de los enfangados aparatos de la partitocracia. Sin embargo, al contrario que los dirigentes de los partidos dinásticos, la Corona tenía un recambio a mano.

El voto europeo anunciaba el



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